Segundo extracto del artículo que Julio Leal redactó a partir de la entrevista que Joaquín Torres (el guitarrista de Los Pasos) le concedió. En la primera parte hablamos de los comienzos de Joaquín y de su paso por Los Diablos Rojos. En esta entrega, Torres pasa por Los Sagitarios, se integra en Los Pasos y se compra su primera eléctrica de doce cuerdas, la que ayudó a definir el sonido de Los Pasos.
La afición que Joaquín Torres tenía por Chet Atkins fue la que hizo que eligiera la Gretsch Tennessean, algo similar a lo que le pasó a George Harrison. Todavía conserva Joaquín los catálogos originales, y menciona que cuando él compró la suya, en los catálogos oficiales de Gretsch que manejó sólo aparecían los nombres de los modelos (Tennessean, Nashville, Country Gentleman) pero no los números de modelo (6119... etc). Después de adquirirla Joaquín le cambió el puente, una modificación habitual en las Gretsch de esa época. Una foto actual de esta guitarra, que todavía sigue en manos de su primer y único dueño, acompaña a estas líneas.
Siguiente etapa: todavía con Los Diablos Rojos, Joaquín se hace también con su primera eléctrica de doce cuerdas, una Framus 5/012 Sorento, que usaría luego también durante su breve carrera con Los Sagitarios y, por supuesto (y con especial protagonismo) en Los Pasos. De hecho, es la guitarra con la que grabó la mayoría de canciones que tenían arreglos de eléctrica de doce cuerdas durante la primera etapa de Los Pasos, tanto las de 1966 ('Tiempos felices', 'No encuentro comprensión') como las de 1967. Esta Framus Sorento aparece en la portada de dos de los mejores singles del grupo, publicados ambos por la casa Hispavox en 1967: 'Anouschtka' (con 'El sueño aquel' de cara B) y 'No me gusta decir sí' (con 'Quiero volver'). La música de esta última canción está firmada por Joaquín, y es una de las mejores de todo el repertorio del grupo madrileño. Un detalle curioso que no todo el mundo conoce: las letras eran del padre de Joaquín, que se llamaba igual que él.
La Framus Sorento de doce cuerdas traía, como otras Framus de la época, el 'Organ Effect' (un curioso dispositivo para intentar recrear el efecto de un 'Leslie'). En la grabación de 'Anouschtka' usaron esta guitarra y ocurrió algo inesperado: Joaquín tocó su Framus, aunque lo hizo de manera acústica, delante de un micro. Se hizo la toma, pero a todos se les había olvidado que la guitarra también estaba enchufada a un ampli Gibson que se hallaba en otro lugar del estudio. El sonido del ese amplificador quedó registrado de fondo en la grabación. Cuando a continuación hicieron la escucha de la toma, se dieron cuenta de este detalle no buscado, pero se decidió dejarlo como estaba. Joaquín acabó vendiendo esta guitarra a Tony Luz, de Los Pekenikes, pero el comprador tuvo muy mala suerte: justo al día siguiente de la venta, se le partió el mástil (que en estas guitarras era de arce multilaminado). Joaquín ofreció a Tony deshacer la venta, pero éste le dijo que no se preocupara, que se la quedaba de todos modos, y que la arreglaría. Y la reparó, pero luego la vendió o la perdió con el transcurso del tiempo. Muchos años después, Joaquín trató de recuperar su Framus (por el cariño que le tenía, y porque era la única de entonces que no conservaba) pero Tony ya no recordaba qué había sido de ella.
Escrito por Equipo de Pop Thing el 12 de Noviembre de 2007 · 04:46 PM
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