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  20 de Septiembre de 2005

Los Beatles y Alf Bicknell: las cintas secretas

Un hombre honesto, un trabajador cumplidor y un empleado fiel. Ése fue Alf Bicknell, el chófer que estuvo al servicio de Los Beatles desde mediados de 1964 hasta finales de 1966. Él era el que se sentaba detrás del volante del Austin Princess que el grupo utilizaba para sus desplazamientos cuando estaban de gira. Les acompañó por toda Europa y también por los Estados Unidos. Los cuatro de Liverpool sentían tanto afecto por Alf que, en 1966, cuando dejó de trabajar para ellos, Lennon le regaló una caja llena de cintas grabadas. Bicknell las guardó celosamente durante muchos años. ¿De dónde habían salido?

En algún momento de 1963, Los Beatles se compraron grabadoras portátiles de bobina, los antecesores de las grabadoras de cintas cassette que hoy conocemos (y que, por cierto, están a punto de desaparecer... ¡hay que ver cómo pasa el tiempo!). A principios de los 60, las grabadoras portatiles de bobina para uso doméstico eran relativamente caras. No eran artículos de lujo, pero los modelos más pequeños entraban en la categoría del capricho y no los tenía cualquiera. Los Beatles se pasaron gran parte de 1963 y 1964 utilizando sus nuevos juguetes. En 1965, de repente, las grabadoras portatiles de bobina quedaron obsoletas, porque Philips empezó a comercializar las cassettes y las grabadoras de cassette que venía probando en el ámbito profesional desde 1963. Los Beatles ya tenían el nuevo invento de la Philips a primeros de 1965. Ya no necesitaban las viejas grabadoras, ni tampoco las cintas que habían usado en ellas que seguramente quedaron arrinconadas hasta que John Lennon se las regaló a Alf Bicknell en el otoño de 1966, como un obsequio de despedida, ya que el grupo no iba a hacer más giras y los servicios de Alf no eran necesarios. Alf, que era un reputado conductor, siguió con su trabajo, sirviendo a aristócratas (Lord McAlpine), diplomáticos y hombres de negocios hasta que en 1980, con 52 años, tuvo un accidente doméstico que le incapacitó para su profesión. Y ahí es donde volvieron a salir las viejas cintas.

Bicknell siempre fue un hombre extremadamente respetuoso con sus antiguos patrones. Hasta su accidente y posterior retiro, nunca había vendido exclusivas, ni escrito libros ni divulgado las cintas. Pero obligado por las circunstancias, y para complementar su exigua pensión, Alf, con el permiso expreso de George Harrison, se incorporó al círculo de conferenciantes que viven de hablar de sus pasadas relaciones con Los Beatles. En 1989 puso a la venta las cintas que Lennon le había dado en 1966. Se subastaron en Sotheby's y se adjudicaron en 12.000 libras, una más que digna cantidad que ayudó a Alf a poder tener una jubilación decorosa hasta su muerte, sucedida en marzo de 2004.

¿Y qué es lo que hay en las cintas? Pues ahí está lo bueno, que hay mucho y muy variado. El contenido circula en CDs piratas desde hace unos años, aunque no suele ser fácil encontrarlos. Lo que todos tienen en común es que la calidad del sonido es terrible, y eso teniendo en cuenta que las grabadoras de bobina registraban con mayor fidelidad al ser más ancha la cinta magnética que empleaban. En el último de estos CDs (jocosamente titulado Alf Together Now) el sonido se trató digitalmente para ser limpiado, y aún así sigue siendo bastante espantoso. Eso sí, el documento es de un valor inestimable. Las cintas están repletas de grabaciones privadas hechas por los cuatro Beatles entre 1963 y 1964. Da la impresión de que se regrabaron una y otra vez, por lo que, en muchos casos, los fragmentos conservados apenas duran unos segundos. En las cintas de Alf se pueden oír momentos intrascendentes (John, Paul o George cantando con la radio puesta), bromas (divertidas - y un tanto irreverentes - lecturas de la Biblia, imitando voces de curas y párrocos), gamberradas (grabaciones hechas en julio de 1963 con la colaboración de Gerry Marsden, en las que aparecen inocentes peatones de Weston super Mare, a los que se les volvía locos con complicadas preguntas sobre direcciones de tráfico), ensayos individuales (George tocando diversos ejercicios y 'Three Coins In a Fountain' con su Gibson J160), un ensayo colectivo de una canción de 1963, que ha permanecido inédita hasta hoy (en la línea de los temas de rock and roll incluidos en Please, Please Me o With The Beatles, pero más R&B, como si Lennon y McCartney quisieran aproximarse al R&B de Londres... ¡hasta se oye como usan un 'bottleneck' al acabar la toma!) y demos, maquetas y primeras tomas de canciones que Los Beatles sí grabaron, como 'If I Fell' (cinco intentos, grabados por John en su casa, acompañándose con la guitarra acústica), 'Don't Bother Me' (George tocando la guitarra y silbando), la versión de 'Michelle' de 1964 (¡el grupo no grabaría la definitiva hasta noviembre de 1965!) y dos estupendas tomas alternativas (provenientes de Abbey Road) de 'Please Mr. Postman' y de 'It Won't Be Long', que no se encuentran en ningún otro lado. Como broche, también se ha conservado la grabación de Lennon asistiendo a las sesiones en las que Los Fourmost registraron 'Hello Little Girl', en julio - agosto de 1963 (lo que prueba que John se sentaba en la mesa de control del Estudio 2 de Abbey Road cuando algún grupo de Liverpool grababa sus canciones, ya que está documentado que también estuvo presente en la sesión en la que Billy J. Kramer & The Dakotas intentaron hacer 'I'm In Love', en octubre de 1963). En definitiva, un tesoro perdido y afortunadamente recuperado para todos los fans de Los Beatles.


Escrito por Equipo de Pop Thing el 20 de Septiembre de 2005 · 04:54 PM

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