En este segundo capítulo de la vida de Martin Craig en el Liverpool de mediados de los 60, el músico escocés nos revela un dato totalmente inédito: en 1966 o 1967, Los Beatles donaron a Strawberry Fields todos los amplificadores Vox que habían empleado en una de sus dos últimas giras por Estados Unidos, en 1965 y 1966. Ya fueran los Vox AC100 del 65 o los Vox Super Beatle del 66, todos pasaron por la Stern & Clyne de Liverpool antes de ser entregados al orfanato. Las primicias contenidas en este artículo no acaban aquí: Martin también estuvo presente cuando Gerry Marsden probó un nuevo Vox 7120 en la tienda de Frank Hessy, en 1966.
"Una de las ocasiones más memorables para mí, fue cuando Freda Kelly vino a decirnos, en 1966 o 1967, que Los Beatles iban a donar a Strawberry Fields el equipo Vox que habían usado en su última gira por Estados Unidos. Strawberry Fields, ya lo sabréis, era el hogar infantil que el Ejercito de Salvación tenía en Woolton, cerca de donde vivía John Lennon. El joven John solía escaparse del colegio para jugar en sus parques; le gustaba también acudir a las fiestas que se hacían en verano. El caso es que Freda, por encargo de los chicos, quería que Stern & Clyne revisase y limpiase los amplificadores y que los dejase en perfecto estado antes de ser entregados a Strawberry Fields. Hizo que una agencia los llevase a la tienda. ¡Recuerdo que los tocamos como si fuesen reliquias sagradas!"
"Era fácil saber de quién había sido cada amplificador, porque estaban cubiertos de mensajes personalizados de las fans, la mayoría hechos con lápiz de labios. Pensamos en no borrar nada de lo allí escrito, pero Freda insistió en que Los Beatles querían que los aparatos tuviesen buen aspecto antes de ser remitidos a sus nuevos dueños. Las marcas de lápiz de labios, las limpiamos con estropajos suaves de la marca Brillo: no conseguimos quitarlas de otra manera. En cuanto al trabajo técnico, los amplificadores se comprobaron con diversos equipos de chequeo, aunque yo decidí por mi cuenta darles un toque final. No se lo dije a nadie, porque hubiese perdido mi trabajo. Un día, cuando la tienda cerró, yo me quedé, saqué la guitarra Fenton Weill y la enchufé en el primer Vox, toqué un rato y luego pasé al segundo, y así hasta terminar con todos ellos. ¡Fue una experiencia inolvidable!"
"Aquellos Vox de Los Beatles eran muy potentes. Entonces, en aquellos días, yo pensaba que serían de unos 50 vatios, pero eso era porque yo estaba acostumbrado a los de 30. Lynnette y yo teníamos un grupo, que se llamaba The Bo-Weevils. Todas las guitarras iban conectadas al mismo ampli, un Linear Conchord de 30 vatios, que sólo tenía un altavoz de 12 pulgadas. Para mí, un amplificador de 50 era lo máximo. Pero Vox ya había ido más allá, yo mismo lo había comprobado".
"Tendría ocasión de volver a comprobarlo en persona, cuando a finales de 1966 o comienzos de 1967, después de uno de mis rápidos almuerzos a base de sopa, me fui corriendo hasta la tienda de Frank Hessy, como solía hacer a menudo, Pero en esa ocasión, había un montón de ruidosas fans cerrándome el paso. Pregunté y me dijeron que Gerry Marsden estaba dentro, disponiéndose a probar un Vox 7120... ¡de 120 vatios! Eso no podía perdérmelo. Entré, me hice un hueco hasta la primera fila. Roy, mi compañero de trabajo, ya estaba allí. Gerry enchufó su Gretsch, conectó el Vox, comenzó a tocar y todos creímos que el tejado del edificio saldría por los aires. Nos quedamos sin respiración. Cuando terminó la prueba, los curiosos allí presentes empezamos a comentar entre nosotros que era ridículo, que el público se iba a quedar sordo si usaban esos amplificadores tan potentes; no entendíamos la necesidad de utilizar tantísima potencia. ¡Los fusibles nunca aguantarían tanto!"
"Gerry Marsden no pensaba lo mismo que nosotros, claro. Él sabía que, en los grandes estadios de Estados Unidos, ni siquiera Los Beatles conseguían escucharse a sí mismos cuando tocaban. De hecho, a Gerry le encantó el Vox 7120; comentó que planeaba llevarse uno a America para usarlo en algunos conciertos que él y The Pacemakers tenían que dar. A los que le vimos probarlo, nos pareció un disparate".
"¡Me acuerdo de muchas cosas de aquellos años que pasé en Liverpool! Yo usaba todos los días el ferry que cruzaba el río Mersey, y una vez me encontré allí con The Swinging Blue Jeans. Creo que estaba en plena sesión de fotos publicitarias. Eran unos tipos estupendos. También The Merseybeats, que solían pasar por la tienda. En una ocasión, me quedé después de cerrar, porque dijeron que necesitaban un amplificador con urgencia: unos de los suyos les había fallado y tenían una actuación en Liverpool esa misma noche, así que estaban en un apuro. Les prestamos un ampli de la marca RSC, que era de la misma empresa que fabricaba los Linear. Cuando The Merseybeats terminaron su concierto, volvieron para devolver el aparato. Parecían avergonzados de hacerlo, tal vez porque pensaban que el préstamo implicaba una posterior compra. Me dijeron que el RSC era muy inferior al Vox AC30, cosa que yo ya sabía. ¡Al menos, les resolvió el problema!"
"A Rory Storm lo conocí en circunstancias mucho más extrañas. Una noche de lluvia, Gordon Robinson me llevaba en su Ford Anglia bicolor. Gordon tocaba la guitarra de doce cuerdas en The Bo-Weevils. Habíamos pasado a la otra orilla del Mersey, cuando vimos a alguien que nos hacía señas para que nos detuviésemos. El tipo, rubio, estaba con una lata de gasolina en la mano, al lado de un Sunbeam Rapier. Paramos y el chico, empapado, se montó en el Ford. Nos dio las gracias con entusiasmo y pidió que le acercásemos a un garaje, porque se había quedado sin combustible. Tartamudeando, nos anunció que era Rory Storm. Rory era una celebridad en Liverpool, así que fue un viaje estupendo. Cuando supo dónde trabajaba yo, se convirtió en cliente y llegamos a llevarnos muy bien. Era una persona nerviosa, cercana y muy amistosa. Nunca tartamudeaba cuando cantaba, sólo al hablar. De los primeros grupos de Merseybeat, Rory Storm & The Hurricanes siempre fueron mis favoritos, porque ellos nunca dejaron atrás el rock and roll".
"A finales de 1967, después de que The Bo-Weevils se separasen (Gordon y Harry emigraron a Canadá, a bordo del 'Empress Of Canada'), Lynnette y yo empezamos a pensar en volver a Newcastle. Y lo hicimos en 1968, después de casarnos en el Zoo de Chester, rodeados de animales. Los dos seguimos juntos, y los dos seguimos en la música, pero, como se suele decir, esto es ya otra historia distinta".
(C) del texto original: Martin Craig, Old Billhope Cottage, Escocia, 2009. (C) de la traducción y del presente artículo: Equipo de Pop Thing, 2010.
Escrito por Equipo de Pop Thing el 17 de Enero de 2010 · 03:43 PM
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