Segundo capítulo de la historia de las guitarras McJare, con el que Ramón Morán cierra (¡por ahora!) la historia oficial de esta mítica marca de guitarras, concebida y desarrollada en el Madrid de los primeros años 60. Morán, junto con Eduardo Shaw, Manuel Fernández (que luego entraría en Los Brincos) y Emilio de Villota (que conocería la fama como piloto de rallies y de Fórmula 1), impulsó la creación de una guitarra digna que sobrepasaba con creces a los otros modelos nacionales.
"En el tema de las McJare, estuvimos varios amigos, del conjunto y de fuera de él. Citaré a Manuel Gonzalez (sí, él también hizo bricolaje), Ramón Cubedo, Fernando Camino e incluso nuestro batería, Emilio de Villota, que luego fue famoso como piloto de F1. Pero los que perseveramos hasta el final fuimos tres: Javier Chico de Guzmán, Eduardo Shaw y yo mismo. Al final, llamamos a nuestras guitarras 'McJare'. Peleamos mucho con ellas; se hicieron varios prototipos y muchas pruebas, pero al fin se logró una guitarra aceptable de acabados y con un pedazo de sonido increíble. Gustó mucho. De hecho, tuve más éxito como constructor que como músico, pues me comenzaron a hacer pedidos de guitarras como la mía otros conjuntos de entonces. Cuando se lanzaron Los Brincos, se llevaron de Los Blue Shadows a nuestro bajista ,Manuel González, y me encargaron dos McJare tipo Stratocaster, blancas como la nieve, con las que tocaron durante sus primeros tiempos. Estaban muy contentos con su sonido, e incluso llegaron a grabar con ellas. De todas formas, las McJare tenían un problema: no estaba bien resuelto el refuerzo del mástil (varilla tensora) y la acción quedaba muy dura. Hay que tener en cuenta que se usaban cuerdas de mayor calibre que las de hoy. ¡Junior me decía que se le estaban quedando los dedos bífidos! Luego, cuando Los Brincos triunfaron a principios de 1965, compraron muchas otras guitarras y arrinconaron mis copias de Strato".
"Las McJare se vendieron bastante, así que pensé incluso en hacer un catálogo. En él, se veía que las maderas no eran como las de Fender, aunque la pintura si era 'nitro'. En una de las guitarras que aparecen, la pastilla del puente estaba inclinada al revés... ¡sin que recuerde por qué la fabricaba así! También hicimos bajos, copia del modelo Fender Precision. A veces visitábamos las tiendas de música para, con disimulo, captar clientes que estaban mirando guitarras. Les convencíamos de que las nuestras era mejores. Recuerdo, por ejemplo, a Leturiaga. Algún rapapolvo, merecidísimo, nos echó el dueño (que era una magnífica persona, porque si no, nos mata). En compensación, muchos años después, le compré a él mi primera Fender... ¡autentica, esta vez!"
"Con otras empresas, sí llegamos a trabajar en serio. Lo hicimos con la tienda que Máximo Baratas tenía en la calle Leganitos. Creo que se llamaba Biok, como las guitarras que hacía. Él vendía las McJare, nos las compraba de seis en seis. Pero no duró mucho, porque, justo cuando estábamos mejorando la fabricación y desarrollando modelos que ya no eran copias, se disolvieron Los Blue Shadows. Yo abandoné la fabricación hacia 1965. Quizá perdí la oportunidad de desarrollar una marca española de calidad, en un momento en que aún era posible. Hoy tengo varias Fender auténticas, pero me gustaría encontrar una de aquellas copias de la Strato que, hace más de cuarenta años, fabriqué con el nombre de Mc Jare".
Escrito por Equipo de Pop Thing el 13 de Septiembre de 2006 · 05:38 PM
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