Michael Caine y Sir Noel Coward son los actores de carne y hueso que encarnan a los personajes principales de esta inusual comedia de acción. Caine es Charlie Croker, un ladrón de guante blanco, un dandy inglés que se hace los trajes en los mejores sastres y que guarda con mimo su 'Aston-Martin' en un garaje mientras pasa temporadas en prisión. Sir Noel es Mr. Bridger, un institucionalizado delincuente de altos vuelos, tan británico que no tolera que nadie nombre a la reina delante de él sin el debido respeto.
Bridger está preso, pero dirige los asuntos criminales desde dentro de la prisión, con el beneplácito de sus guardianes y la admiración de los otros penados. Croker propone a Mr. Bridger un golpe perfecto: apoderarse de cuatro millones de libras en oro que serán transportadas por Turín a bordo de un furgón blindado. Para hacerlo, se provoca un formidable atasco de tráfico alterando los programas informáticos del centro de control de tráfico turinés, se roba el botín y se carga en tres espectaculares Mini-Cooper que, gracias a sus peculiares características deportivas y ruteras, podrán salir de la ciudad a través de cloacas, alcantarillas, estrechos callejones y demás.
Como podéis imaginar, la preparación del robo y las persecuciones consiguientes, amén de las maniobras de los Minis, son lo mejor de una película divertida y un tanto diferente en ciertos aspectos (Mr. Bridger y su vida en prisión son un poco delirantes, y el final del film es un tanto peculiar, la verdad). La acción es trepidante. No hay descanso. La policía turinesa persigue a los ladrones británicos. La mafia italiana (genial Raf Vallone) también persigue a los ingleses. Turín es un caos y en las cárceles de Su Majestad se siguen las noticias del robo como si se tratase de un gran acontecimiento deportivo.
El director Peter Collinson supo imprimir ritmo y brío a la película y, en fin, ver trabajar a Caine en su último gran papel de caballero inglés sixties es una delicia (y es que Charlie Croker parece en verdad un James Bond de la delincuencia). Un gran filme, de estética muy pop además. Para los más detallistas, añadimos que Benny Hill interpreta a un descacharrante científico obsesionado por el sexo y que Rossano Brazzi tiene un papelito como mentor de todo el embarullado atraco. Y, por supuesto, no dejéis de observar a los Minis, tan protagonistas como los actores. Ejemplares muy similares a los que aparecen en The Italian Job ganaron varios rallies de Montecarlo entre 1965 y 1967.
Escrito por Equipo de Pop Thing el 5 de Octubre de 2000 · 03:54 PM
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