Debimos escuchar el primer LP de Los Moody Blues a mediados de la década de los ochonta, no más tarde. En vinilo, claro, los cedés eran algo del futuro. Ya no recordamos los detalles, pero si lo esencial, la sensación que tuvimos, una especie de fogonazo de luz que nos dejó con la boca abierta: ¿cómo era posible que ese grupo sonase tan distinto, tan negro, tan poco comercial, tan alejado de ese otro R&B de Chicago que muchas bandas adoptaban siguiendo a los primeros Stones? ¿Y cómo podía ser que, tan diferentes ellos, ese primer álbum viese la luz tan tarde, en julio de 1965? Entonces sólo teníamos muchas preguntas. Hoy, con respuestas al alcance de la mano, muchos libros y muchos discos más tarde, todo parece encajar sin demasiado esfuerzo, como un rompecabezas que se hace solo: Los Moody Blues fueron unos conversos tardíos, que supieron dónde inspirarse para no ser un calco de los demás. Y les funcionó. Es oportuno admitir esto, porque no es algo que se suela mencionar. Los Animals, en Newcastle, si fueron auténticos pioneros del nuevo R&B juvenil británico: ellos sólo bebieron de los originales y, en el mejor de los casos, de otros compatriotas más mayores (Alexis Korner, Cyril Davies) que iban abriendo camino. Los Animals fueron auténticos innovadores.
En Birmingham, Los Moodies se formaron como un supergrupo en 1963, después de que varios de sus miembros hubiesen pasado por los clubes de Hamburgo y Hannover y después de ver lo que hacían The Spencer Davis Group en su propia ciudad. Es incluso probable -sería interesante averiguarlo- que los Animals no les fuesen del todo desconocidos, por no hablar de Los Rolling Stones, que empezaron a dar que hablar fuera de Londres entre mayo y junio del 63. Que Los Moody Blues llegaran un poco más tarde -apenas nada, quizá fuese cuestión de meses- les dio una ventaja: podían elegir seguir a los demás o ser distintos. Y, según Denny Laine, escogieron lo segundo.
A Los Moodies les gustaban Los Yardbirds y John Mayall, pero, en vez de seguir esa senda, probaron con los espirituales tradicionales y el gospel y desarrollaron unas armonías vocales con muchas influencias de la música negra, nada parecidas a las de Los Beatles o Los Hollies y nada comunes entre las otras bandas de R&B. Además, forjaron un sonido en el que la guitarra de Laine era un instrumento más, tan importante como el piano de Mike Pinder o la flauta de Ray Thomas. Parecían serios y solemnes, pausados y melancólicos. Y tan convencidos estaban de su enfoque que casi estuvieron a punto de sacar como primer sencillo el tradicional '23rd Psalm' (un espiritual con todas las letras). Lo grabaron en Birmingham a mediados de 1964 y volvieron a hacerlo en Londres a finales de julio de ese mismo año, durante sus primeras sesiones para Decca, en los Olympic Studios (los mánagers pagaban los gastos y luego cedían las cintas). De hecho, también podrían haber sacado 'Go Now!' en septiembre en vez de en noviembre del 64, porque en esas mismas sesiones grabaron un par de versiones previas a la definitiva. ¿No es esto determinación? Lo tenían tan claro que, visto en perspectiva, asombra su perseverancia.
Y es que, vamos a ser sinceros, la apuesta de Los Moody Blues por la autenticidad los alejaba automáticamente de la comercialidad. Con 'Go Now!' tuvieron una suerte infinita: la canción era preciosa, pero no era fácil, parecía apropiada para un público más mayor. El grupo no pudo repetir la jugada porque era muy difícil de repetir. Sí, tuvieron el aplauso de la crítica, eran una banda admirada por el resto de músicos pop y lograron algún que otro éxito menor ('I Don't Want To Go On Without You', nº 33 en Gran Bretaña, en febrero de 1965, 'From The Bottom Of My Heart', nº 22 en mayo), pero eso fue todo. Parecían destinados a metas más altas, todo el mundo lo comentaba.
¿Sabéis cómo se aprecia de verdad lo buenos que eran Los Moody Blues de la primera época? Escuchando todo lo que grabaron, si es posible en orden cronológico. Todo está ahí: sus buenas canciones propias, sus versiones inmaculadas, su acusada personalidad. Nosotros hemos optado por recurrir a la reedición de lujo que acaba de salir en Esoteric Records. Conmemora el 50 aniversario de la puesta a la venta del único LP del grupo y lo hace echando mano de todas las cintas originales y remasterizando el sonido. Además, a las doce canciones del álbum del 65 añade otras cuarenta y cinco (es un doble compacto), con lo que el oyente tiene a su disposición todos los 'singles' de los Moodies, las demos de 1964, las demos de 1966 (para un segundo LP que nunca se terminó), grabaciones en la BBC, anuncios para Coca Cola y varias versiones de 'Go Now!' y de otros temas. La reedición, que viene en un estuche tan bonito como funcional, incluye un libreto de veinticuatro páginas (esencial), un poster que, en el reverso, ofrece un tesoro de recortes de prensa de la época y, atención, reproducciones de varias tarjetas publicitarias de la banda, con ese diseño gráfico tan peculiar, obra de Ridgepride, la compañía que representaba al grupo cuando empezó (justo antes de que NEMS y Brian Epstein entrasen en juego). ¡Un disco muy especial!
Escrito por Equipo de Pop Thing el 18 de Febrero de 2015 · 04:30 PM
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