Estamos en el verano del 65. Los dos hermanos Sarokin, que ya llevan cierto tiempo como dúo de folk, se acercan hasta un club de playa de Sheepshead Bay, Brooklyn. Logran que les dejen quedarse para tocar temas en la onda del Kingston Trio, pero con la condición de que adopten un apellido artístico: Larden. Y así lo hacen. Mientras los Larden ensayan sus armonías vocales, acompañados de banjo y guitarra, otro chaval neoyorkino, Bruce Milner, se une a ellos cuando su trabajo veraniego lo permite. ¡Gran decisión!
En cosa de pocas semanas, Milner y los Larden reclutan a otros jóvenes músicos del vecindario y comienzan a ensayar en el sótano de la casa de uno de ellos. Cantan de maravilla, componen como si la vida les fuera en ello y todos saben tocar sus instrumentos. A mediados de 1966, Peter Leeds, un mánager poco mayor que ellos, les pone en contacto con Wes Farrell, el productor de The McCoys. En agosto, Wes les escucha en un estudio de Manhattan y se queda tan perplejo que ficha a Every Mothers' Son al momento. El quinteto (Schuyler Larsen al bajo, Christopher Augustine a la batería) pasa parte del otoño grabando su primer LP en los Allegro Sound Studios de Broadway (y no en Mirasound, que era donde solían hacerlo The Lovin' Spoonful). Allí, con Farrell produciendo y Bruce Staple como ingeniero de sonido, registran diez fantásticas canciones propias y una versión de 'Come On Down To My Boat', un tema de Wes que ya habían lanzado -sin ningún éxito- The New Breed. El productor pasea las cintas por todas las compañías importantes y consigue que la MGM (Metro Goldwyn Mayer Records) ponga el disco en las tiendas. Ya estamos en abril de 1967. En verano, entran en el Top 10 con 'Come On Down'.
El éxito de estos cinco adolescentes les dura un año, pero qué año. Salen en la televisión y en la radio, les persiguen sus admiradoras por las calles de Nueva York, no dejan de tocar por todo el país y graban su segundo LP (Every Mothers' Son's Back) que sale en noviembre del 67. Si el primero había vendido poco, el siguiente tampoco despega. La falta de otro éxito en las listas, la deserción de algún miembro y los estudios hacen que EMS se separen a finales de 1968. Y de ahí al olvido total.
Hasta ahora. El 24 de septiembre de 2012, Now Sounds, un subsello de Cherry Red Records, puso en las tiendas europeas Every Mothers' Son. Come On Down. The Complete MGM Recordings. El compacto se ha hecho esperar, porque estaba anunciado para julio, pero, por fin, se han reeditado, con todas las garantías, los dos álbumes de estos talentosos chavales de Brooklyn. El primero ya había conocido una oscura reedición anterior, pero el segundo sólo podía conseguirse en su edición original del 67. Se han usado las cintas originales de Wes Farrell, se han remasterizado y se han presentado las canciones en estéreo, como salieron a la luz en su día. El compacto nos ha causado una impresión difícil de reproducir aquí...
¿Exageramos si decimos que es el mejor disco que hemos escuchado en años? No, no exageramos. Quedamos tan sorprendidos con EMS como cuando descubrimos (¡hace tanto!) a The Left Banke o a The Merry Go Round. Every Mothers' Son son muy, muy buenos. Conocíamos alguna canción suelta, conocíamos 'Come On Down', pero nada nos hacía prever que los dos LPs del grupo iban a estar a un nivel tan alto. Parece algo mágico, porque a una canción fabulosa le sucede otra igual de estupenda, y a ésta otra, y otra. Todas compuestas por ellos, todas arregladas por ellos y Farrell. EMS tuvieron suerte, porque Wes les dio voz y voto, al menos hasta cierto punto: en el estudio mandaba él, pero todo el mundo podía aportar sus ideas y colaborar. Eso es lo que marcó la diferencia y lo que permitió que EMS floreciesen.
¿Y a qué suenan Every Mothers' Son? Pues ahí está otra de sus virtudes: suenan a ellos mismos, porque tienen un estilo propio. El material promocional del CD trata de presentarlos como un cruce entre los primeros Monkees y Lovin' Spoonful, pero es una simplificación que no les hace justicia. EMS tenían debilidad por Los Beatles y Los Hollies (Evolution influyó en varias canciones del segundo álbum), conocían lo que estaban haciendo Nesmith y sus chicos, sabían del éxito de Left Banke y vieron a The Lovin' Spoonful antes de que se hicieran famosos fuera del Greenwich Village. También estaban al corriente de lo que estaba pasando en el pop inglés y seguro que el soleado pop californiano no les era ajeno, pero todo esto no quiere decir que el sonido de EMS calque el de ninguna otra banda de aquel entonces, porque este quinteto de Brooklyn tenía muchísima personalidad, tanto para componer grandes temas como para darles cuerpo (con la ayuda ocasional del arreglista Tony Romeo).
En Pop Thing sólo hablamos de lo que nos gusta, así que, por eso mismo, nuestras reseñas son siempre positivas. También sucede esto en el caso de EMS, eso ha quedado claro. Pero este quinteto de Nueva York no sólo nos ha gustado, nos ha impactado. Después de tantos años escuchando pop de los sesenta, es genial que cosas así sigan ocurriendo. ¿Cuántos grupos de primera quedan aún por descubrir?
Extra Bonus Info: The Complete MGM Recordings contiene veintitrés canciones. Once son del primer LP, otras once del segundo y una ('No One Knows') es la cara A del último sencillo de Every Mothers' Son, grabado en diciembre de 1967. Es el único tema que aparece en sonido mono. Del total de composiciones, diecinueve fueron compuestas por los Larden, Milner y Larsen. Además de la excelente música, este compacto ofrece también un libreto interior de veinte páginas, confeccionado con la ayuda de todos los miembros de la banda. Hay muchas fotos y un análisis de cada una de las canciones. Si quieres ver a EMS en acción (¡en 1967!) pincha aquí mismo.
Extra Bonus Info II: ¿se parecen EMS a The Cyrkle, el trío (luego, cuarteto) de Pensilvania? La comparación es muy interesante, porque tienen puntos en común.
Escrito por Equipo de Pop Thing el 30 de Octubre de 2012 · 06:38 AM
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