Si hoy os mencionamos el nombre de Terence Clemson y os decimos que está relacionado con un importante grupo de R&B de los 60, apostamos a que casi nadie va a saber de quién hablamos. Ahora bien, si os contamos que se hizo llamar Terry Gibson durante parte de su carrera, muchos ya haréis la conexión con los inefables Downliners Sect. Son la misma persona. A finales del año pasado, Terry se animó a publicar su manuscrito sobre los días dorados de Los Downliners Sect. Es una autoedición, pero de las buenas, porque se ha encargado de ella 3P Publishing, que una firma británica con muchas ganas de trabajar y mucha ilusión. Sect Appeal es un libro digno y atractivo, corto (169 páginas, con tipografía grande) pero que tiene el mismo mérito que adjudicamos hace poco al de Billy Kinsley: aporta mucha información inédita, de primera mano, sobre un grupo del que, aún hoy, se sabe muy poco. ¡Bien hecho, Terry!
Los Downliners Sect fueron un grupo mucho más importante de lo que pueda parecer hoy en día. Empezaron casi a la par que los Stones y podrían haberse convertido en su principal competencia, rivalizando también con Los Pretty Things, si no hubiese sido por una mánager nada hábil, unas decisiones poco afortunadas y una complicada dinámica interna en las relaciones entre los miembros del grupo. Los Sect, en 1963, ya tenían residencia en el club Studio 51 (Great Newport St, Londres), eran seguidos por muchos mods y hasta lograron sacar un EP grabado en directo, meses antes de ser fichados por EMI. Roger Daltrey quería que Los Who fuesen como los Downliners, Steve Marriott quiso ser cantante del grupo, Rod Stewart también. Con semejante historial, que ahora queda confirmado por Terry, ¿no os parece que el papel de este quinteto en el nuevo R&B británico de los 60 debería ser reexaminado? Pensamos que es una cuestión de justicia.
Con este libro de Terry Clemson (que, por cierto, se titula Sect Appeal) pasa como con el de Spencer Leigh sobre Billy Kinsley y Los Merseybeats: como no hay mucha información sobre ninguno de los dos grupos, cualquier aporte es fundamental. Y si viene de la fuente, entonces es magnífico. Clemson asegura que no se acuerda de todo y que le hubiera gustado llevar un diario, como Bill Wyman. Aún así, Terry se acuerda de muchas cosas y la información que aporta en su obra es justo la que importa, la que falta en todas las biografías de corta y pega que circulan por Internet. Un ejemplo: hasta ahora, no se sabía que The Downliners Sect no firmaron directamente con EMI, sino que tenían un acuerdo de producción con Mike Collier, que grababa al grupo y luego cedía las cintas a EMI, algo similar a lo que Andrew Loog Oldham hacía con Decca y los Stones. Este detalle tiene su peso, porque por fin explica por qué los Downliners sonaban como sonaban en disco: nunca grabaron en Abbey Road, lo hacían, por regla general, en los Levy Studios de New Bond Street, un estudio mucho más modesto y con menos medios. Con su sonido poco pulido también tuvo que ver el propio Mike Collier: Terry salva al ingeniero John Woods, pero afirma que nunca les gustó el trabajo de Collier como productor. En otras manos, el resultado hubiese sido diferente.
Volvamos al libro en sí. Terry, en un ejercicio de humildad, se limita a hablar de su carrera hasta 1966, cuando abandonó el grupo. Sigue en activo y su actividad profesional ha sido muy variada, pero es consciente de que el interés de los lectores está en Los Downliners Sect, así que se ha ceñido a esos años. Comienza su relato en 1963, cuando recibe la llamada para pasar una audición e incorporarse al conjunto, cosa que hizo con una flamante Gibson 335 y un Vox AC30. Terry ya era un buen guitarrista, aunque tocaba rock&roll y no R&B. La transición no le resultó nada complicada, porque, como él dice, "un estilo inspiraba al otro". Eso sí, le dejaron claro desde un principio que eran un grupo de R&B y que debía tener eso muy claro. A partir de ahí, los acontecimientos se sucedieron con rapidez: nada más entrar Terry, The Sect grabaron su primera demo en Regent Sound, en Denmark St (con versiones de 'Roll Over Beethoven' y 'Cadillac') y consiguieron ser el grupo residente en Studio 51, después de que los Stones tuviesen que dejar el puesto libre por sus crecientes compromisos a partir del verano de 1963. Fueron Oldham y sus protegidos los que hicieron una audición al conjunto y los eligieron. ¡Vaya!
La obra de Terry, que discurre en orden cronológico, está llena de anécdotas sobre casi todos los temas: clubes, músicos, actuaciones, la popularidad del grupo en Escandinavia, giras, grabaciones, los caracteres de sus compañeros de banda y multitud de aspectos más. Terry no se extiende en cada asunto, pero toca muchos y aporta datos inéditos que, de no ser por este volumen, se hubiesen acabado perdiendo. Tan inéditos como las fotografías: al menos un 90% de las que aparecen en Sect Appeal nunca se habían visto antes, porque proceden de la colección del autor. Estamos, pues, ante un buen libro, modesto pero dignísimo y muy necesario, porque nos sirve para añadir una pieza más al gran rompecabezas de los 60. Comprarlo sirve para apoyar este tipo de iniciativas, de gran valor histórico. ¡Infórmate aquí mismo!
Extra Bonus Info: gracias a Sect Appeal, hemos conseguido varias cosas. Vamos a limitarnos a las dos primeras. Una: enterarnos de por qué Don Craine decidió usar su característica gorra de cazador de ciervos. Tendrás que comprar el libro para saberlo, pero te adelantamos que tiene que ver con Los Kinks, con los que los chicos de The Downliners Sect tenían buena relación. Y dos: conocer a Terry Clemson, que ha resultado ser un señor amable y educado, que sigue atendiendo con toda afabilidad a los seguidores de su antiguo grupo.
Escrito por Equipo de Pop Thing el 30 de Abril de 2016 · 12:36 PM
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