Que no, que no exageramos. Según datos facilitados por la propia compañía, hoy se están fabricando más Rickenbackers que nunca. Más incluso que entre 1964 y 1967, cuando todo el mundo quería una. En 2007, la compañía de Santa Ana (California) ha batido todos los récords. No dan abasto. Tienen nueva maquinaria recién instalada, pero los pedidos se les acumulan y el retraso en servirlos se cuenta por meses... o por años. Si, hay clientes que esperan hasta dos o más.
Rickenbacker es, sin duda alguna, la mejor guitarra eléctrica que se fabrica en nuestros días. Otra cosa distinta es que su sonido guste o no, o que su estilo sea mucho más adecuado para ciertos estilos musicales que para otros. Nos referimos a la calidad del instrumento en sí. La casa selecciona con mimo sus maderas, cuida mucho el proceso de trabajado de las mismas y acaba las guitarras a mano, una por una. Los lijados, los retoques, la aplicación de las pinturas y los barnices, la instalación de los distintos elementos (cableado, pastillas, clavijas, trastes), todo se hace de manera artesanal. Como la compañía sólo tiene una fábrica y no produce fuera de los Estados Unidos, es incapaz de servir los pedidos al ritmo que le llegan. En palabras de John Hall, el dueño de la marca, el problema es que hay tal demanda que, en cuanto las guitarras llegan a las tiendas, desaparecen. La gente las compra, los negocios hacen nuevos pedidos por todo Estados Unidos... y el retraso se incrementa más.
Rickenbacker trabaja por remesas. Dedican parte del año a producir un modelo en concreto, y después pasan a otro. Esto quiere decir que si hacen la 330 de enero a marzo, sólo fabricarán las que les dé tiempo en ese plazo. El resto del año ya no volverán a hacer más. Al modelo 330 (el más popular de la compañía) le dedican más fechas, para que siempre (o casi siempre) exista un stock en los almacenes de los distribuidores estadounidense. Los demás modelos que no son considerados prioritarios son abordados en los huecos que dejan los que sí lo son. ¿Qué significa esto? Pues que si un cliente encarga algo muy específico (por ejemplo, la 325C24, una réplica perfecta de la segunda Rickenbacker de John Lennon), se encontrará con que ya hay una cartera de pedidos previos bastante abultada. Tendrá que aguardar a que la casa las fabrique poco a poco. Esto le garantiza un tiempo de espera mínimo de un año, que se suele prolongar hasta el año y medio o los dos años con relativa facilidad. Casi nadie se queja. Todo el mundo sabe que las cosas funcionan así y que el resultado merecerá la pena.
¿Y qué pasa fuera de Estados Unidos? Las cosas se complican un poco más. Es bastante usual que los distribuidores oficiales sólo sirvan ciertos modelos, los más populares. No es raro que también haya que esperar unos meses para recibirlos. De lo más exclusivo, ni hablamos. Lo normal es que ni siquiera lo tengan en catálogo y que tampoco ofrezcan la posibilidad de pedirlo. Además, los precios son altos. ¡Casi sale más barato viajar a Nueva York, comprar la guitarra y pagar los impuestos correspondientes al pasar por la aduana! Haced números, que salen las cuentas...
Escrito por Equipo de Pop Thing el 23 de Octubre de 2007 · 05:21 PM
¡Me encanta vuestra web, gracias por la informacion!
Poseo una Rickenbacker 360 de 1989, con su estuche, completamente nueva, ¿por cuánto la puedo valorar para venderla?
Si está realmente nueva, sin arañazos ni marcas, puedes pedir el precio de una nueva y un poco más. 2000 euros sería un precio justo, tal y como están las cosas (listas de espera... etc).
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