Al limbo de las tecnologías obsoletas, ahí es donde se fue. El declive del formato comenzó en 1975. En 1982, se dejaron de vender. Claro que, en Europa, muchos ni se enteraron, porque donde el viejo cartucho campó a sus anchas fue en Estados Unidos. ¿De qué estamos hablando? ¡De una especie de supercassette!
Philips empezó a vender en 1963 las cintas de cassette de toda la vida, junto con los nuevos magnetófonos que servían para usarlas. Los Beatles fueron de los primeros grupos de los 60 en usar el formato para grabar demos caseras. Es difícil darse cuenta de lo que supuso el cassette hace cuarenta y cinco años, porque hoy ya empleamos otros soportes mucho más avanzados, pero pensad que las grabadoras de bobina eran caras, muy pesadas y de manejo un tanto complejo. El cassette, sin embargo, era portátil y muy manejable. Cualquiera que se lo pudiese permitir podía darse el lujo de grabar lo que quisiera en su casa. Lo malo era lo de la fidelidad, que era terrible, nefasta.
Sí, aquellas primeras cintas de cassette eran un espanto en cuanto a la reproducción del sonido. No falta quien dice que lo fueron siempre, pese a las muchísimas mejores que se hicieron en los años 70 y 80. La verdad es que las cassettes de los 60 no destacaban por su alta fidelidad. Aquí entra en la historia el cartucho de ocho pistas. Este cartucho, que se empezó a desarrollar a finales de los 50 y se lanzó a mediados de los 60, también usaba cinta magnética, pero el diseño era distinto y sólo empleaba un rollo. La cinta circulaba a mayor velocidad que en un cassette normal, y esto era lo que aumentaba considerablemente la calidad sonora del formato (aunque, por otro lado, la estrechez de la cinta impedía que la mejora fuese sobresaliente). Los cartuchos de ocho pistas se hicieron popularísimos a partir de 1966, sobre todo porque se podía poner un reproductor en el coche. La gente adoptó el formato, que muy pronto compitió con el LP. Y así se mantuvieron las cosas hasta que la industria decidió enterrar el ocho pistas por motivos económicos.
Hoy, en el siglo XXI, los viejos cartuchos son sólo una curiosidad para la mayoría, aunque un reducido número de fans resiste en Estados Unidos. Dicen que lo hacen porque lo analógico siempre tiene cierta magia. Algo de cierto hay en eso, ¿verdad?
Escrito por Equipo de Pop Thing el 14 de Octubre de 2008 · 04:18 PM
Aún recuerdo su extraordinario sonido, el 8 pistas no ha sido superado. Quien pudiera tenerlo ahora¡¡.
Gracias por tu comentario, Miguel Ángel. Confirmas lo que muchos comentan: que la mejora en el sonido sí se notaba.
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